Las nuevas empresas del Siglo XXI

El mundo gira muy rápido para muchas empresas que no han sabido adaptarse al siglo XXI. En época de crisis y con el auge de las nuevas tecnologías, tan solo las mejores han sobrevivido o han sabido comenzar su trayectoria con unos cimientos sólidos y un modelo de negocio que se corresponda con las necesidades actuales del mercado. Los nuevos paradigmas y las circunstancias que envuelven a una empresa no tienen nada que ver hoy con lo que pedía el mercado hace unos años. Lo que antes servía hoy ya no vale.

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En primer lugar está la figura del empresario. El empresario de hoy en día ya no debe ser visto como un jefe, sino como un líder. El liderazgo autoritario ya no se antoja eficaz. La gente debe estar contenta, motivada, tener cierta libertad que le haga sacar lo mejor de sí misma. El jefe (o líder) debe ser un guía que muestre el camino y que motive a andarlo. Cualquier signo de autoritarismo puede ser muy perjudicial y es que ante todo estamos trabajando con personas que deben ser tratadas como tal. El plano humano y la comunicación en una empresa se ha vuelto más importante que nunca para sacar el máximo rendimiento a los trabajadores.

Además, una empresa de hoy tiene que ser muy dinámica. Estancarse en las cuatro ideas que funcionan puede estar bien a corto plazo pero de seguro que a largo plazo no te traerá buenos beneficios. Siempre debemos estar preocupados por cualquier signo que prevea que el mercado está cambiando y debemos anticiparnos a ello.

En un mundo en el que cada vez la gente está mejor preparada, debemos saber encontrar el mejor talento y retenerlo. Esto no se trata solo de encontrar a los mejores. Puedes detectar un gran potencial en un trabajador y ofrecerle la formación necesaria para que llegue a ser el mejor. Otro de los aspectos que debe tener un líder.

En la actualidad la competencia ya no tiene el mismo significado. Hoy las empresas colaboran mucho más entre ellas para poder salir todos beneficiados. Es importante saber qué esperan otras empresas de mi propia empresa y saber también que beneficios me puede traer una colaboración con otra empresa.

¿Por qué estos cambios? ¿Dónde reside esta nueva forma de trabajar en las empresas? Simplemente se debe a un cambio natural de mentalidad, empezando por la propia educación que recibimos. Históricamente la educación se ha basado en desarrollar el área del hemisferio izquierdo, lo que viene siendo la lógica, la técnica, metodología… dejando a un lado la creatividad, la inteligencia emocional o el sentido crítico que cada uno pueda tener.

Esto ha ido cambiando de forma paulatina. El ser humano es un ser emocional antes que racional y por eso es importante trabajar en ese sentido. Será la mejor base que puedas ofrecer en tu empresa. Un grupo de trabajo sin tensiones, que colabore, que actúe como un verdadero equipo, que estén coordinados y que estén motivados al cien por cien para sacar el máximo rendimiento a tu empresa.

Las empresas actuales se ven obligadas a conocer con mucha profundidad el funcionamiento de la mente humana, para así poder crear la mejor estrategia interna pero también externa de cómo llevar tu negocio. Una estrategia que permita acercarse y adentrarse en el cliente de la mejor manera posible: dándole el click exacto en su mente.

Esto es fundamental. Como empresario preocúpate en entender cómo funciona la mente humana, conocer cómo tratar a cada uno de tus empleados y clientes será fundamental para poner la primera piedra hacia el éxito. Una necesidad básica de cualquier empresa del siglo XXI.