Existen muchos factores que determinarán si una persona que visita la web de nuestra empresa terminará contratando nuestros servicios o comprando alguno de los productos de nuestro catálogo. O lo que es lo mismo, si un cliente potencial se convertirá o no en uno real. Algunos de estos factores son nuevos y han aparecido como consecuencia del nacimiento de Internet y del salto que en su día hicieron muchas empresas a la web. Estamos hablando del diseño y la navegabilidad de nuestra web, por ejemplo. Que un posible cliente sea capaz de navegar de manera intuitiva por nuestra web y que nuestra página tenga un diseño adecuado al servicio que ofrecemos (serio si se trata de un bufete de abogados, apetecible si hablamos de un restaurante o limpio si es el caso de una clínica) influirá mucho en la actitud del potencial cliente. Otros medios de captación, como el hecho de darse a conocer o hacer promociones son tan antiguos como la aparición misma de los negocios.