Todos somos conscientes de que, al volante, la seguridad es lo primero. Y uno de los factores más importantes para hacer de nuestro vehículo un entorno seguro es mantener los neumáticos en condiciones óptimas para su uso. La Dirección General de Tráfico (DGT) establece que la fecha de caducidad de un neumático es de 5 años< a partir del momento de su fabricación. Incluso la rueda de repuesto debe cambiarse pasado ese tiempo ya que, aunque no esté en uso, sus materiales van degradándose con el tiempo y, en consecuencia, pueden volver peligrosa la conducción. Además, es importantísimo tener en cuenta que el desgaste de la banda de rodadura y la profundidad de su dibujo nunca debe ser inferior a 1,6 milímetros. De lo contrario factores tan importantes como el tiempo de frenado pueden verse mermados.
Queda claro, por tanto, que efectuar revisiones periódicas a nuestro vehículo en tal de realizar los recambios oportunos es vital para nuestra seguridad y la de quienes van con nosotros en la carretera. Lamentablemente estos recambios y reparaciones no son siempre baratos. Y mucho menos si estamos hablando de los neumáticos.