Hay un momento muy especial para toda pareja que es el día de la boda. Cuando una pareja acaba de comprometerse es cuando comienza el auténtico ajetreo de preparativos, los días y los meses pasan y parece que el tiempo vuela y que no llegarás a preparar todo lo que deseas para ese día tan memorable.
Hoy en día sufrimos de un estrés incontrolado debido al trabajo de largas jornadas y de tantas preocupaciones que van surgiendo en nuestra vida diaria. Cuando nos planteamos una boda, debe planificarse con ilusión y alegría y estando en continuo estrés estos dos conceptos no suelen llevarse muy bien ya que al justar estrés con organización nupcial podemos convertirnos en una bomba a punto de estallar.